Formando una sociedad infame, que influye categóricamente es sus ciudadanos, pretendiendo que no piensen, que hagan lo que les dicen, que no levanten la cabeza, que sigan la corriente, que crean que no tienen ningún tipo de poder y así lograr reducir al pueblo en una sociedad pobre, desinformada de la realidad, controlada, estupidizada y auto-destructiva.
A todo esto (que no es poco), se le debe agregar la lamentable degradación que ha sufrido la cultura intelectual. Nos encontramos viviendo en tiempos donde se cierran hospitales públicos para abrir ‘shopping centers’, donde se vive esperando a que salga al mercado el próximo modelo de teléfono móvil, donde la juventud gasta miles en videojuegos y ni un centavo en libros, donde la gente pasa toda la semana esperando a que llegue el sábado sólo para ir a bailar a una discoteca. Nos encontramos viviendo en tiempos en donde la ilusión de felicidad se encuentra depositada en lo más efímero que tiene la humanidad, su cuerpo. La belleza física está totalmente sobre-valorada, en cuanto a la sabiduría, a la bondad, a la inteligencia. Donde en un mismo país, una modelo (con tan solo mostrarse con poca ropa y moviendo un poco su trasero) gana 10 veces más que una médica de la misma edad.
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