Ojos Bien Abiertos

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sábado, 27 de junio de 2015

EL FALSO HUNDIMIENTO DEL TITANIC


Ya ha pasado más de un siglo de la tragedia del barco que se pretendía “insumergible” e “inhundible”. El RMS Titanic fue un transatlántico británico, el mayor barco del mundo en el momento de su botadura, que se hundió en la noche del 14 al 15 de abril de 1912 durante su viaje inaugural desde Southampton a Nueva York.

Abundantes pruebas y documentación confirman que el hundimiento del Titanic no se debió al choque con un Iceberg; lo que de verdad afirman ciertos expertos sobre lo que pasó es que el Titanic se hundió por los agujeros que provocaron cinco artefactos explosivos colocados de modo que explotaran todos por debajo de la línea de flotación y en puntos estratégicos del barco.

Existen varias razones para su hundimiento, pero quizá la más importante sea que en el "accidente" murieron algunos los hombres más ricos de la Tierra y los mayores opositores de la creación de la Reserva Federal.

Estos magnates fueron nada menos que: John Jacob Astor (dueño del Empire State Building, y por cierto, gran amigo de Nikola Tesla), Benjamin Guggenheim (Con fuertes negocios en la minería y la metalurgia) e Isador Strauss (dueño de los almacenes Macy´s, los mayores del mundo).

Suena muy lógico que este atentado se hubiera llevado a cabo para eliminar a estos hombres, entre otros. Ya que sin ellos en el camino, se dio paso al año siguiente a la creación del ilegal y privado Banco Central Estadounidense (Reserva Federal), en año 1913. La cual funciona casi como una compañía de propiedad privada, que se encarga de controlar y lucrar imprimiendo dinero a través del tesoro, y de regular su valor. Más allá de toda definición, lo que la Reserva federal hace es prestar un dinero que no existe mediante la usura e intereses, dando lugar a la mayor estafa de la historia y base de la explotación del capitalismo.

Físicos suizos encontraron extraños agujeros en el Titanic, agujeros que no pudieron ser causados por Icebergs, sino, según testigos de la tragedia, por una explosión.

J.P Morgan (quien financió y mandó construir el Titanic), que también contaba con el boleto para embarcar, curiosamente decidió cancelar el viaje en el último momento alegando falsamente que estaba enfermo. Casos como el de Morgan hubo muchos. Magnates y banqueros que tenían el boleto y tomarían el barco, a último momento decidieron no hacerlo por distintas razones, o en algunos casos, sin ninguna razón en concreto.

El hundimiento del "Titanic" fue una operación de falsa bandera como tantas otras que se han ejecutado a través de la historia, para servir a la agenda de una reducida élite con un ‘plan’ en desarrollo.

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