Las bombas fueron arrojadas porque cuando una fase termina en el Programa de la Élite, otra es empezada inmediatamente: la Guerra Fría.
Y es tanto más fácil suscitar el miedo necesario hacia ello si las personas han visto por sí mismas qué ocurre cuando uno de estos dispositivos explota.
Después de la guerra, el mundo estaba mentalmente, emocionalmente, espiritualmente y físicamente devastado.
Esto permitió que los bancos ganaran vastas fortunas prestando dinero a gobiernos para reconstruir las sociedades destruidas por una guerra que los mismos bancos habían financiado. Esto incrementó masivamente la deuda de las naciones a bancos privados y el control sobre ésos países se incrementó proporcionalmente.
La desesperación por la paz hizo al mundo abierto a la razón principal por la que la Hermandad de la Élite había causado la guerra: la formación de las Naciones Unidas.
La escritura de constitución para las Naciones Unidas, el cuerpo global que la Hermandad tan gravemente deseaba, fue escrita por un comité del mismo CFR.
Los Rockefellers habían pagado las oficinas centrales de la Liga de las Naciones en Ginebra y ahora habían cedido la tierra para el edificio de las Naciones Unidas en Nueva York.
La tierra había sido antes usada para un matadero y eso era exactamente lo que los satanistas de la Élite querían. Tierra cubierta de sangre, miedo, y dolor, para los fundamentos de la organización diseñada para hacer lo mismo a todos los seres humanos restantes, finalmente, a escala mundial.
D.V.I.
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