La vida de Verne siempre fue un enigma, dadas las características asombrosas de sus libros y los temas que éstos trataban.
En los tantos escritos de sus fantásticas aventuras, predijo con asombrosa exactitud muchos de los logros científicos del siglo XX. Habló de cohetes espaciales, submarinos, helicópteros, aire acondicionado y misiles dirigidos. Habló también de video-llamadas, noticieros, imágenes en movimiento e Internet, mucho antes de que estos inventos aparecieran.
La opinión pública de ese entonces, se apoyaba en la hipótesis de que Verne fuera una especie de vidente. Pero esto no era lo
que ocurría.
Es evidente que Verne tenía fuentes de información que muchos en su época no manejaban, es por ello, que la hipótesis más aceptada no es la de la videncia del francés, sino, su relación con sociedades masónicas y esotéricas.
Con la perspectiva del tiempo, ya es mucho más fácil denotar que Verne era muy probablemente un masón de alto grado. Y que además, estaba involucrado en otro tipo de sectas secretas, como la Sociedad de la Niebla. Conocida por sus conocimientos ocultos, cuyos miembros casi siempre se encuentran en
específicos puestos de poder.
Muchos otros misterios envolvieron la vida y muerte de Verne.
En sus últimos años de vida, su propio sobrino intentó asesinarle y luego de ese atentado decidió quemar varios de sus escritos, que estaban planeados para ser publicados.
Y para finalizar, decidió ser sepultado en una extraña tumba, en donde él mismo se retrata saliendo de su propia cripta.
Verne murió en extrañas circunstancias en 1905, dejando como su legado (para quien lo pueda ver) las pruebas de cuánto la élite le oculta a la población, y el nivel de tecnología verdadera que manejan, con la cual manipulan y controlan al mundo.
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